Por Fabio Albornoz. (
En 2008 la intención de Spielberg y su INDIANA JONES Y EL REINO DE LA CALAVERA DE CRISTAL era funcionar como una suerte de cierre al icónico personaje de Indy, pero también con el objetivo de atrapar a nuevas generaciones y seguidores, lo que se diría, un traspaso de mando.
Si la cosa funcionaba, tal vez Shia LaBeouf hubiese protagonizado una nueva serie de entregas (ya no dirigidas por SS), pero esto no sucedió de la mejor manera. La recepción de la película fue negativa, e incluso los propios fans de la saga creyeron que Spielberg estaba traicionando su propio legado al sucumbir de lleno en el fantástico (una lectura cuestionable).
Todo proyecto a futuro se paralizó.
Spielberg, nos guste o no, ha dejado de ser garantía de éxito, ha “perdido” su capacidad de encantamiento hacia las grandes masas, y no precisamente porque sus films sean menos buenos que antes (allí está sin ir más lejos Los Fabelmans), simplemente ha dejado de interpelar como constructor de sueños y realidades fantásticas.
Los años pasaron, pero ni Spielberg ni Ford se creyeron jamás que lo de EL REINO DE LA CALAVERA DE CRISTAL fuera el cierre digno que merecía uno de los personajes más antológicos de todos los tiempos.
Así fue que llegamos a EL DIAL DEL DESTINO, la quinta entrega ahora dirigida por James Mangold (aunque supervisada al pie por Spielberg). Quince años pasaron en el medio. Harrison Ford está cerca de cumplir los 81, Spielberg, 76. La sensación era que la postergada conclusión debía suceder ahora o nunca.
La elección de Mangold también sonaba acertada. Se trata de un narrador con gran personalidad en películas de alto presupuesto, y si Spielberg había posado sus ojos en él para cerrar su tan querida franquicia, entonces, había que confiar.
INDIANA JONES Y EL DIAL DEL DESTINO trata sobre el tiempo en toda su extensión.

La primera (y extensa) secuencia de 22 minutos nos sitúa en los años 40, en un vertiginoso enfrentamiento entre Indy (un Harrison Ford rejuvenecido por la tecnología) y un comandante nazi (Mads Mikkelsen).
Si pasamos por alto el feo apartado visual y lumínico, en donde los personajes parecen muñecos de un videojuego superpuestos en fondos oscurisimos, nos queda una gran secuencia que, junto al último acto, justifican el valor de la entrada.
La trepidante secuencia da paso al presente – los 60’s-, en donde Indy se encuentra agobiado de dar clases para alumnos que ya no lo escuchan, así como también próximo al retiro.
La lectura que plantea Mangold puede traspasarse a la realidad. Indy se despide, pero consciente de que ya no les habla a las nuevas generaciones. Ha perdido ese ALGO, se siente fuera de tiempo.
Lo que lo saca de su descanso es el robo de una reliquia que nos remonta a la primera secuencia, y la sospecha de que aquel oficial nazi es ahora un infiltrado de la NASA con grandes planes para controlar la humanidad y el tiempo.
Lo que proseguirá en el medio es una muy cumplidora, aunque algo genérica película de aventuras, sostenida por la presencia atemporal y magnánima de Harrison Ford, los aportes humorísticos de Phoebe y el gran villano que interpreta Mads Mikkelsen.
Más allá del impecable pulso de Mangold, la sensación que abunda en EL DIAL DEL DESTINO es la de un film un tanto plástico y genérico, que a pesar de tener muchas escenas de acción, se siente falto de chispa y gracia. No hay ni planos memorables ni grandes latiguillos.
Cuando la película avanza a piloto semi automático, Mangold saca de la manga un último acto extraordinario, que expande los horizontes de la saga y juega con las posibilidades del tiempo.
El cierre que propone EL DIAL DEL DESTINO no será memorable, pero si le hace mayor justicia a Indy.
El héroe que enfrenta definitivamente el paso del tiempo y vuelve a encontrarse con quien fue el amor de su vida. Una ruta circular llena de regalos para los fans.
Título original:Indiana Jones and the Dial of Destiny. Año:2023. Duración: 154 min.País: Estados Unidos. Dirección:James Mangold.Guion: Jez Butterworth, John-Henry Butterworth, James Mangold. Elenco: Harrison Ford, Mads Mikkelsen, Phoebe Waller-Bridge, Antonio Banderas, Karen Allen. Música: John Williams. Fotografía: Phedon Papamichael. Distribuidora: Disney.

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