«Anora», de Sean Baker.
Por Manuel Germano (@mangermano).
El realizador de “The Florida Project” (2017) y “Tangerine” (2015) se alzó con la Palm D’Or el año pasado en Cannes tras presentar “Anora”, su último y nominado filme en la temporada de premios 2025, título que refiere al nombre de pila de su protagonista, una joven trabajadora sexual que vive en Brooklyn y baila en un club nocturno.
“Ani”, como prefiere ser llamado el rol que compone una excepcional Mikey Madison, conoce a Vanya, un joven ruso con el que además de bailar de forma privada, comienza a relacionarse fuera del ámbito laboral. Su posición económica (el joven en cuestión es hijo de un oligarca ruso) y el confort que le significa pasar tiempo con él, la seducen y la llevan a vivir una realidad soñada e impensada. Para Vanya estar con Ani significa descubrir el sexo de una manera única y divertida. Si bien paga para estar con ella, el placer y la compañía lo llevan a ofrecerle matrimonio, una decisión fruto de su propia inmadurez y torpeza, pues sus padres, totalmente en contra de esa idea, se enteran y toman cartas en el asunto.
Anora está segura que casarse con un chico como Vanya le representa la salvación del mundo triste y mundano en el que vive, en el cual tiene que desnudarse y estar con varios hombres para subsistir de un presente del cual intenta huir. Sean Baker (en su triple rol de editor, director y guionista) acierta en retratar, sobre todo en la primera parte de la película, la más entretenida en términos estéticos y narrativas, dos posturas: la del niño rico que tiene lo que quiere a través del dinero: sexo, una relación, y hasta una esposa, y, por otro lado, la de la chica que tiene la esperanza de salir del pozo en el que vive, e incluso ser aceptada por la familia multimillonaria a la que pertenece su novio, precoz y adicto al alcohol y los videojuegos. Un ácido y a la vez acertado estereotipo de la juventud actual es representado a través del personaje de Vanya.

En la segunda mitad de la película, cuando se desarrolla que sucede cuando los padres de Vanya se enteran del matrimonio y viajan a Nueva York para anularlo, Baker aborda de forma repetitiva algunos planteos y resoluciones, aludiendo a ciertos pasajes que no aportan demasiado y que sobre explican el nudo de la trama. Es allí cuando “Anora” pierde el ritmo frenético y zafado, y aun así muy bien construido, de la primera parte, en la cual resulta difícil distraerse, pues la edición, el guion y las sólidas actuaciones del elenco (Mark Eydelshteyn, Yura Borisov, Karren Karagulian, Vache Tovmasyan), mantienen atento al espectador, entre risas nerviosas y remates ingeniosos. Baker trabaja muy bien la multiplicidad de tonos durante el filme, que se traducen en el rol protagonista: fuerte, divertida, sensual, sexual, inteligente, perspicaz, audaz, dolida, desesperada, desilusionada, débil, rota.
Mikey Madison encuentra en Anora el personaje de su carrera, no hay duda de eso. Sobre el final, y sin spoilear, la película adopta un tono de tinte más dramático que abre interrogantes ¿Qué tipo de vínculos puede sostener “Ani” en su rol de mujer, lejos de los clubes nocturnos y bailes privados? ¿Puede ser querida más allá de lo carnal/sexual?
“Anora” es una opción cinéfila bastante entre bizarra y reflexiva, para disfrutar en pantalla grande, tal como el director se aseguró de manifestar ante la prensa.
Calificación: Buena.
FICHA TÉCNICA
Escrita y dirigida por SEAN BAKER
Producida por ALEX COCO, SAMANTHA QUAN, SEAN
BAKER
Productores ejecutivos KEN MEYER, CLAY PECORIN, GLEN
BASNER, ALISON COHEN, MILAN POPELKA
Director de fotografía DREW DANIELS
Diseñador de producción STEPHEN PHELPS
Editor SEAN BAKER
Diseñadora de vestuario JOCELYN PIERCE
Elenco MIKEY MADISON, MARK EYDELSHTEYN, YURA
BORISOV, KARREN KARAGULIAN, VACHE TOVMASYAN

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