Por Fabio Albornoz.
Ya quedan pocos cineastas que con cada nueva película generen un acontecimiento. Directores que, por solo su firma, construyen una pirámide de expectativas, con un núcleo duro de seguidores incondicionales, dispuestos a pagar la entrada para ver lo que sea que hagan.
Sucedía antes con los grandes maestros del cine clásico, y aún sostienen esa bandera tipos como Quentin Tarantino o Steven Spielberg (entre unos cuantos más), pero quizás encontremos en Christopher Nolan su representante más joven.
Sus historias complejas, su habitual juego con la temporalidad y el espacio, su resistencia a un modo de hacer cine (sin pantalla verde y defendiendo el analógico), lo han transformado en una suerte de encantador de fanáticos.
Nolan tiene la capacidad de engañar, y eso no es un logro menor para el cine. Cada una de sus películas, presenta enormes problemas de claridad de tono, sobre explicación, ampulosidad y montajes caóticos, pero todo eso parece quedar eclipsado por la ambición de las cosas que narra.
Christopher Nolan es hoy, uno de los pocos directores que puede hacer lo que se le antoja en Hollywood. Sabe que su nombre es garantía de un éxito comercial, y tiene a Warner Bros comiendo de su mano.
¿Qué otro director actual, puede darse el lujo de filmar historias de este calibre? Christopher Nolan ha dirigido de todo, y siempre encontró la vuelta para enroscar los géneros que toca, e imprimirle su propia marca autoral.
Detrás de toda gran corriente de fanáticos, hay detractores. Muchos son los que destrozan la obra de Nolan (con justas razones), así que, a la hora del estreno de cada nueva película, concurren los dos bandos: sus admiradores y aquellos que van a verla para poder elaborar sus críticas demoledoras. Eso también hace que Nolan sea un fenómeno en la industria. La gente paga sus entradas para indignarse.
Es innegable de todas formas que las películas de Nolan son dignas de ver en el cine. La pantalla grande posee un poderío inigualable, y eso el cineasta británico lo sabe mejor que nadie. Es uno de los grandes defensores de la sala de cine (como Tarantino). A tal punto que casi lleva a la Warner a una catástrofe comercial por el capricho personal de estrenar su última película («Tenet») en pantalla grande.

Tres años después de “Dunkirk”, Nolan regresó en 2020 con un film de espionaje que incluye viajes en el tiempo y una temporalidad totalmente quebrada, que va hacia adelante y atrás.
Warner Bros había gastado más de 250 millones de dólares. Todo estaba listo para el estreno de “Tenet”, cuando el mundo se enfrentó a la pandemia del COVID. Los cines cerraron (como toda la actividad comercial), y el film de quedó guardado en el cajón.
El transcurso de los meses fue complejizando las cosas. Aparecieron las plataformas adquiriendo todas aquellas cintas que habían quedado sin estrenar, entre ellas, la del propio Nolan. Pero él rechazó tajantemente que su pelicula fuera a una plataforma de streaming, y se embarcó en una odisea con muerte directa: estrenarla igual, en el cine.
El fracaso en Estados Unidos fue estrepitoso. Y, por primera vez, las críticas fueron contundentes: “estamos ante una mala película”. Todo era desalentador. Ni siquiera los fanáticos del director se animaban a defender la obra.
La mayoría de los cines en el mundo seguían cerrados. “Tenet” fue filtrada y vista masivamente por internet.
Esto quiere decir que, para fines del año pasado, la gran mayoría había visto la película. Cuando empezó la apertura de las salas en el mundo, la primera novedad ya no lo era tanto.
El argumento de “Tenet” es, a grandes rasgos, el de un espía al que se le encomienda una misión que incluye viajes en el tiempo para detener el inminente fin del mundo.
Con todas estas opiniones demoledoras, las expectativas al ver “Tenet” eran bajísimas, pero había un gran entusiasmo por la vuelta de los cines. Algo que, admito, puede que haya influido en la evaluación final.
La primera escena que abre la película es extraordinaria. Con la clara reminiscencia a “El hombre que sabía demasiado” (Hitchcock), ingresan unos hombres armados a un show de orquesta. Tiroteos, persecuciones, mafia rusa, y todo lo que de entrada anticipa a una buena película de acción.
Pero claro, se trata de un film de Christopher Nolan, no puede ser tan sencillo. Y efectivamente, no lo es para nada. Las peleas comienzan a sucederse a la inversa, las balas se disparan al revés, etc.
Nolan hace de “Tenet” una película a lo James Bond, pero opuesta a la vez (como sus personajes). Se apoya en una fórmula (algo que ha hecho muchas veces), para quebrarla por completo. Desordena las piezas, y las hace lo más extrañas posibles.
El héroe debería tener un interés amoroso y carisma. Pues Nolan jamás se interesa en ello. El protagonista (encarnado por John David Washington) es una especie de hombre-máquina. No tiene grandes emociones, tampoco se enamora. Es un hombre cumpliendo una misión. Más bien, un espía que cumple su trabajo y ya. “Tenet” es lo que uno NO espera de una película de espías.

Esto puede ser un gran problema, sobre todo cuando intenta conectarse con el público, pero no es ajeno al cine de Nolan. La propia “Dunkirk” ya presentaba una gran distancia con respecto a las vivencias de los soldados.
Los personajes de Nolan tienen algo de máquinas. Y eso es una clara búsqueda de su realizador. Cuando intenta ser dulce, como en su aclamada “Interestelar”, le sale muy mal.
Tampoco es casual que el único atisbo de humanidad lo encarne el personaje de Elizabeth Debicki, que tiene una subtrama muy interesante que incluye violencia de género.
Debicki sería tildada como un error de casting para ser el interés amoroso de Washington. Simplemente no pegan, y por ello tampoco sucede demasiado. Nolan escoge a dos actores absolutamente opuestos en altura y carisma. Casi como si se propusiera narrar una historia de espías con los elementos menos compatibles posibles.
A pesar de todo, “Tenet” tiene unos cuantos chistes (sin demasiada gracia), que muestran al propio Nolan consciente de su necesidad de romper con tanta rigidez.
La música de Ludwig Goransson acompaña muy bien con esa partitura quebrada/deforme, que parece desplazada como la propia temporalidad del film.
Nolan les saca provecho a las posibilidades de la gran pantalla, y ofrece un espectáculo con momentos trepidantes que gritan sala de cine por todos lados.
“Tenet” tiene una de las historias más creativas dentro de la filmografía de Nolan, y allí radica su primer triunfo. Por supuesto, los excesos de su realizador siguen presentes, pero aquí parece ganar definitivamente la experiencia-cine.
El argumento es exageradamente complicado, pero la idea central se entiende. El relato se puede seguir porque aparecen personajes sobre explicando todo el tiempo lo sucede. Hay extensos monólogos que ordenan las ideas en la cabeza del espectador.
Es cierto que es un film demasiado dialogado, pero las presiones de toda obra industrial exigen que las cosas queden medianamente claras, y ante una historia confusa, Nolan se apoya en las escenas explicativas de siempre. Todas estas cosas habitan en la película, y forman parte de su cine.
De todas formas, entender (o no) una cinta, no es sinónimo de nada. ¿Cuántas obras hemos visto, y cuyo significado no entendemos?
“Tenet” es imperfecta y problemática, eso no se puede negar, pero también es muy entretenida. La película tiene una fuerza pensada pura y exclusivamente para las salas. Incomparable a verla a través de un televisor.
Pasa de todo en “Tenet”. Es un parque de diversiones en el mejor sentido de la palabra. Divierte en su desmesura. Fallida y arriesgada al mismo tiempo: un ejercicio tan hipnótico como objetable.
Calificación: Buena.
Dirección:Christopher Nolan. Guión: Christopher Nolan. Música: Ludwig Göransson. Fotografía: Hoyte van Hoytema. Reparto: John David Washington, Robert Pattinson, Elizabeth Debicki, Kenneth Branagh, Dimple Kapadia, Aaron Taylor-Johnson, Michael Caine, Clémence Poésy, Martin Donovan, Himesh Patel, Andrew Howard, Yuri Kolokolnikov, Fiona Dourif, Jonathan Camp, Wes Chatham, Marcel Sabat, Anthony Molinari, Rich Ceraulo, Katie McCabe, Mark Krenik, Denzil Smith, Bern Collaco, Laurie Shepherd. Productora: Co-production Reino Unido-Estados Unidos; Syncopy Production, Warner Bros. (Distribuidora: Warner Bros.)
Deja una respuesta