Por Cecilia Della Croce.

@cecidepalermook

A la temprana edad de 17 años, un joven polaco llega a la Buenos Aires de la década de 1930, huyendo de los horrores de la guerra y los campos de concentración. Lo único que trae son sus sueños de hacerse la América, triunfando en la gran ciudad para poder “darse una vida de millonario”, al igual que muchos otros, como su contemporáneo Ari Onassis, que llegaron a nuestras costas después de un largo derrotero en barco hacia lo desconocido.

A través de la historia de Meilach y su familia, la dramaturga Beatriz Bialylew plasma buena parte de la historia de nuestro siglo XX “Cambalache”, con sensibilidad y una generosa dosis de humor. Esta tragicomedia familiar llena de alegrías y sinsabores propicia una afable reflexión sobre la figura de su padre, la muerte y la herencia que dejamos después de afrontar las peripecias y vaivenes que se nos presentan por designio tal vez de Dios, o de ese misterio insondable y azaroso que llamamos existencia. 

Corina Fiorillo («Network», «Carcajada salvaje», «El principio de Arquímedes», «Juicio a una zorra», por nombrar solo algunos de sus últimos montajes del circuito comercial, el oficial y el independiente) despliega su gran experiencia en la inteligente dirección de esta puesta en un espacio no convencional, donde tuvo que enfrentar los desafíos de tener al público dispuesto en U alrededor de los actores, prueba de la que sale airosa y que le suma encanto a la propuesta. En este marco, cabe destacar el protagónico maravilloso de Ricardo Merkin como ese padre judío, severo y obstinado en sus ganas de forjarse un porvenir próspero, pero a la vez iluso y pícaro, que flota como un duende por todos los rincones, mitad espíritu burlón, mitad recuerdos agridulces.

El elenco aprovecha el planteo y juega, literalmente, en el centro de la escena, para regalarnos un collage delicioso de postales y retratos del álbum familiar: Betty, la hija que es un poco el eje de la narración, a cargo de Paula Fernández Mbarak que, como siempre, le aporta una gran cuota de humanidad a los personajes que encarna y transita bellamente una cuerda muy sutil entre la comicidad y la emoción, junto a los hermanos (los muy dúctiles Daniel Campomenosi y Mercedes Torre); la infinita ternura del baile de primavera (preciosa Estela Garelli como Coca, la madre), y la inefable Marta (Inda Lavalle), una clownesca shikse de patines que va dejando un rastro de papel higiénico.

Sin grandes marquesinas, El otro Onassis es una de esas apuestas por lo auténtico, por aquello que nos hace conectar con la emoción del verdadero buen teatro y volver a casa con una gran sonrisa catártica, agradecidos por la entrega y la calidez de todo el equipo que trabaja al servicio de este arte efímero, del fuego sagrado, tan especial e irrepetible, de cada función. 

FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA

Dramaturgia: Beatriz J. Bialylew

Actúan: Ricardo Merkin, Paula Fernandez Mbarak, Daniel Campomenosi, Mercedes Torre, Estela Garelli, Inda Lavalle

Diseño de Visuales: Moreno Pereyra

Músico en escena: Tomas Pol

Diseño de luces: Ricardo Sica

Escenografía: Nicolás Pol

Vestuario: Guadalupe Borrajo

Asistencia de dirección y producción: Mauro J. Pérez

Dirección: Corina Fiorillo

Prensa: Paula Simkin

Centro Cultural Rojas – Sala La Cancha – Av. Corrientes 2038, CABA

Funciones: Sábado 10/6 y 24/6 y desde el 1/7 hasta 12/8 a las 19:00hs y 21:00hs

Duración: 65 minutos


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