Por Cecilia Della Croce

@cecidepalermook.

Benito Quinquela Martín es sinónimo de La Boca, donde su impronta aflora en cada rincón de Caminito y donde lo primero que divisamos al bajar del colectivo es la escuela, el teatro y la casa-museo que se erigieron gracias a sus donaciones al barrio de sus amores. Hasta la estatua que lo inmortaliza observa todo desde los coloridos adoquines que bordean el paseo de Avenida Pedro de Mendoza.

Lizzie Waisse (creadora y directora del espectáculo) emprendió una investigación sobre su vida y obra, y se inspiró en su figura, que expresa el viejo adagio “Pinta tu aldea y pintarás el mundo”. Así nació Benito de La Boca, espectáculo musical que cuenta con dramaturgia y dirección actoral de Juan Francisco Dasso, música original y dirección musical de Gustavo Mozzi y coreografías de Gustavo Wons, que se presenta de miércoles a domingo en el Teatro de la Ribera (como no podía ser de otra manera).  

El musical de Benito, protagonizado por Roberto Peloni (que también está haciendo el imperdible unipersonal «El Brote»), declara su intención de invocar su espíritu y revivirlo a través de un coro de personajes que representan los arquetipos de su época y evocan las sombras de ese pasado que ya se fue, como diría el tango. La narración cuenta con dos personajes que rompen la cuarta pared y llevan la voz cantante: Juan de Dios Filiberto, compositor que fue amigo de Quinquela, sobriamente encarnado por Rodrigo Pedreira (Piaf) y una entusiasta guía turística que nos muestra, banderín en mano, los rincones y secretos de La Boca y de la vida de su hijo dilecto, a cargo de Belén Pasqualini («Christiane», «Recuerdos a la hora de la siesta»).

Ph: Carlos Furman.

Aunque en algunos tramos haya un par de canciones donde el musical pierde un poco de identidad y se queda a mitad de camino entre Disney y Broadway, la historia reafirma su vocación porteña de crisol de inmigrantes, al ritmo de milongas, chamarritas, valsecitos y tarantelas. El elenco nos regala varios momentos destacados: Julián Pucheta, que interpreta un fragmento de Caminito con su melodiosa voz de barítono, Alejandra Perlusky en una preciosa canción llena de amor que canta la madre oriunda del litoral, y Mariano Magnífico, muy gracioso como una de las rubias de New York.

Si bien la fuerza del interesante y dinámico planteo inicial se diluye un poco cuando con cierta voluntad pedagógica y un contrastante tono académico se subrayan las enseñanzas del libro del maestro, el espectáculo es tanto un fervoroso homenaje al emblemático pintor como una disfrutable oda a La Boca, que acierta en lo visual al reflejar la paleta de colores y el imaginario de los inconfundibles cuadros del artista. El diseño de arte de Marlene Lievendag y el trabajo coreográfico de Gustavo Wons logran generar una dinámica escénica donde parece que los cuadros cobran vida ante la mirada asombrada de la platea que aplaude el conjuro. La obra oficia como una continuación de la casa-museo, vecina del teatro, y nos quedamos con la sensación de ser parte de un emotivo recorrido por una galería de fotos, que nos permite ser testigos del derrotero de Benito: el humilde niño que casi sin escuela salió de los arrabales del puerto y llegó a ser un artista que conquistó los grandes salones del mundo, sin olvidar nunca sus raíces: el sonido del bandoneón y los mascarones de proa, saludándolo desde el Riachuelo.

Ph: Carlos Furman.

FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA

Idea original y dirección general: Lizzie Waisse

Dramaturgia y dirección actoral: Juan Francisco Dasso

Música original y dirección musical: Gustavo Mozzi

Coreografía: Gustavo Wons

Elenco: Roberto Peloni, Rodrigo Pedreira, Belén Pasqualini, Alejandra Perlusky, Julián Pucheta, Sol Bardi, Francisco Cruzans, Jimena Gómez, Nicolás Repetto, Evelyn Basile, Tatiana Luna, Mariano Magnífico, Federico Strilinsky, Nicolás Tadioli, Florencia Viterbo, Fiona Mastronicola, Matías Prieto Peccia

Músicos: Cristina Chiappero (violonchelo), Eleonora Ferreyra (bandoneón), Agustín Lumerman (percusión), Manuel Rodríguez (clarinete y saxo alto), Máximo Rodríguez (bajo), Santiago Torricelli (piano), ARO síntesis electrónica

Dirección de arte: Marlene Lievendag

Diseño de escenografía y vestuario: Marlene Lievendag, Micaela Sleigh

Asistencia de coreografía: Bárbara Majule

Asistencia de iluminación: Martín Fernández Paponi

Asistencia de escenografía: Cinthia Chomski

Asistencia de vestuario: Natalia González Henry

Asistencia artística: Carolina Basaldúa

Entrenamiento vocal y grabación de voces: Laura Delogu

Diseño sonoro: Sebastián Verea

Diseño de iluminación: Eli Sirlin

Coordinación de producción: Lourdes Maro, Oscar Viaño

Coordinación técnica: Pablo Rojas

Coordinación de escenario: Jeremías Sapire, Celeste Faillace

TEATRO DE LA RIBERA – Pedro de Mendoza 1821, La Boca

Funciones:     Miércoles, jueves y viernes a las 14.30 horas

Sábados y domingos a las 16 horas

Género: musical – biográfico

Espectáculo sugerido para mayores de 10 años.

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