«School of rock», puro talento y pasión.
Por Manuel Germano y Cecilia Della Croce.
El musical, basado en el reconocido film del año 2003, protagonizado por Jack Black y dirigido por Richard Linklater, debutó en Broadway en 2015 y se mantuvo vigente por cuatro años y más de mil funciones. En 2016 llegó al West End londinense, en donde permaneció en cartelera también por cuatro años.
En 2019 se anunciaba que este musical icónico con música de Andrew Lloyd Webber, letras de Glenn Slater y texto de Julian Fellowes llegaría a la Argentina en mayo del 2020, con el protagónico de Migue Granados y dirección de Ariel del Mastro pero el proyecto no pudo salir a la luz en ese entonces porque sucedió lo que todos ya sabemos y se paró el teatro en todo el mundo. Sin embargo, hace unos pocos días, cuatro años después de lo esperado y con otro Dewey Finn, se dio por fin en el Gran Rex uno de los estrenos más esperados de esta temporada 2024.
Dewey (Agustín “Soy Rada” Aristarán) es un rockero que vive de prestado en la casa de su mejor amigo Ned (Santiago Otero Ramos). Lo único que le importa en la vida es su guitarra y su banda que justo decide “dejarlo en banda” al mismo tiempo que su jefe lo deja sin trabajo. En medio de un momento personal caótico, la llamada telefónica de Rosalie Mullins, directora de un prestigioso y carísimo colegio, le trae una oportunidad única: decide hacerse pasar por su mejor amigo y tomar la suplencia que le ofrecen. Para él y para sus alumnos, la vida está a punto de cambiar.
Si bien quienes hayan visto la película tienen en su memoria la resolución de los conflictos en términos narrativos, lo interesante de ver el musical en vivo es, por supuesto, la experiencia de rockear y vibrar al mismo tiempo que lo hace el multitudinario y talentosísimo elenco, compuesto por jóvenes artistas que cantan, bailan, actúan y tocan instrumentos con una pasión y alegría que traspasa la cuarta pared e inunda la platea de música, color y fervor. Las coreografías de Analía González y la dirección vocal de Sebastián Mazzoni, junto a la dirección de actores y puesta en escena de Marcelo Caballero, bajo la dirección general de Ariel del Mastro, elevan la propuesta a un nivel superlativo, enternecedor, alegre y, a la vez, reflexivo.
La banda de niños, que se alterna función a función, está a cargo de tres elencos infantiles distintos, que son un verdadero hallazgo del equipo de casting. El ensamble está integrado por un abanico de personajes adultos pintorescos muy bien interpretados, entre los que se destaca Sofía Pachano como Patty Dimarco y Germán “Tripa” Tripel, que se hace cargo de breves pero intensas escenas a puro rock.

Párrafo aparte para la dupla protagónica de School of Rock: Agustín “Soy Rada” Aristarán realiza un trabajo impecable, de gran entrega física y vocal. No deja la escena prácticamente en ningún cuadro y es el protagonista indiscutido que lleva la voz cantante de este musical en el cual canta, toca la viola y baila con una energía arrolladora, establece un contrapunto con Summer (en la noche de la función de prensa una brillante Sofía Oscos), la “Etelvina” del grado que luego es la manager de la banda, logra un rapport único con todos chicos y hasta seduce a la en apariencias estricta Rosalie Mullins, interpretada por Ángela Leiva, una cantante extraordinaria que se desenvuelve con frescura en escena y encuentra el ritmo del musical y los matices de su personaje desde el primer momento. “La reina de la noche” sin dudas.
Con rubros técnicos excelentes (escenografía de Jorge Ferrari, luces de Lucas Gringas, sonido de Eugenio Mellano Lanfranco, Tato Ricardi y Mariano del Rosso, vestuario de Alejandra Robotti) y una producción enorme detrás que no dudó en redoblar la apuesta después del éxito de Matilda para hace honor a este musical que sin dudas será el hit de la temporada, School of Rock transmite un mensaje no solo de alegría a través del arte y la música, sino también de alzar la bandera de la autoestima, ser aceptado por un grupo sin dejar de lado lo que uno es y puede hacer más allá de la mirada del otro, en especial la de los padres que esperan y pretenden obtener de sus hijos logros que no tienen nada que ver con lo que ellos quieren alcanzar.
Calificación: Excelente.

Autores: Andrew Lloyd Webber (música), Glenn Slater (letras) y Julian Fellowes (texto). Adaptación: Natalia Del Castillo y Santiago Fernández. Director general: Ariel Del Mastro. Director de actores: Marcelo Caballero. Director musical: Pablo Pupillo. Intérpretes: Agustín “Soy Rada” Aristarán, Ángela Leiva, Sofía Pachano, Santiago Otero Ramos, Germán “Tripa” Tripel y otros. Vestuario: Alejandra Robotti. Escenografía: Jorge Ferrari. Iluminación: Lucas Gringas. Coreografía: Analía González. Teatro: Gran Rex (Av. Corrientes 857). Entradas acá.

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