Poético sería derribar una pared y que estés vos del otro lado, de Juan Tupac Soler.

Por Carla Leonardi.

«Y entonces pensó que en realidad Traveler era su único amigo, y que no significaba gran cosa; pero que eso era sin embargo, algo, algo como un cabo, como una soga en mitad del agua negra.» (Julio Cortazar, Rayuela)

En tiempos de individualismo y deshumanización como los que impone el capitalismo, la amistad puede ser un refugio privilegiado. Y es la construcción de este lazo lo que aborda Poético sería tirar una pared y que estés vos del otro lado, con dramaturgia y dirección de Juan Tupac Soler. La obra parte de la desesperanzada soledad de dos vecinos para dar cuenta de la profunda conexión emocional que se establece entre ellos. 

Eloísa es una joven que vive sola y está atestada de deudas y desencantada tras la ruptura sentimental con su novio. Escribe, eso la hace sentir mejor, su terapeuta la alienta a seguir. Los textos de su diario íntimo, que se traducen en pequeños monólogos (una suerte de viñetas que puntúan las escenas), la instituyen como narradora en primera persona. 

En el mismo piso, su vecino de pared por medio, es Rodolfo, un hombre entrado en edad que ha trabajado como asistente de dirección y quiere realizar un largometraje de su autoría antes de dejar este mundo, pero no encuentra quien se lo financie. A ellos se les une Enrico, el sobrino de Rodolfo, un joven algo desorientado y sin iniciativa para crearse un futuro que no tarda en sentirse atraído por Eloísa. 

De manera casual, la película que quiere hacer Rodolfo se vuelve un proyecto conjunto, en el que cada uno va siendo ayuda y refugio para el otro. La ficción dentro de la ficción habla de la dificultad de conexión de lo que está en distintos planos de existencia, pero funciona como metáfora, como la pared que media, de la dificultad en la época para establecer una conexión humana con el semejante, en el plano de la existencia cotidiana. 

Siendo el cine un encuentro con fantasmas, con muertos (dado que prescinde del cuerpo presente), éste se vuelve para Rodolfo la posibilidad de dejar su huella indeleble, para Enrico,  de encontrar una motivación que lo cause y lo haga actuar, y para Eloisa, la posibilidad de hacer pasar por allí sus fantasías de muerte, en la experiencia de esa suerte de suicidio asistido que puede realizarse en la ficción cinematográfica. 

Tratándose de teatro independientemente, unos pocos objetos en la escena nos sitúan bien en uno u otro de los departamentos de ese piso que comparten Eloísa y Rodolfo, donde la cuarta pared, la que separa los departamentos,  es aquella de cara al público que hay que rasgar, volver portal para que la obra conecte y resuene en el cuerpo del espectador. En este sentido, es en la obra dentro de obra, es decir, en la filmación de la película de Rodolfo dentro del discurso escénico donde se da precisamente uno de los puntos privilegiados del encuentro entre la obra y el público, resultando memorable, entrañable e hilarante ese llanto de lo absurdo, que hace estallar la risa de la platea.

Comedia y tragedia de la vida se dan la mano entonces, como dos caras de una misma moneda, y se produce el milagro de la poesía. 

El punto fuerte de Poético sería derribar una pared y que vos estés vos del otro lado, es sin dudas, la dramaturgia de Juan Tupac Soler, que funciona como un juego de cajas chinas y pone a dialogar las relaciones entre el cine y el teatro, valora el arte como experiencia privilegiada de trabajo colectivo, incluso como utopía quijotesca que hay que seguir sosteniendo, y lo presenta, además, como vehículo ineludible para tramitar el malestar. Por sobre todo, se trata de una propuesta que está hecha a puro amor por el teatro y que acierta en su sutil interpelación  a animarnos a derribar muros y volver a encontrarnos en las diferencias. Porque a fin de cuentas, ¿acaso puede haber algo más poético que el encuentro risueño entre los cuerpos?

Puntuación: 3 de 5.

Calificación: Buena.

Ficha técnico artística.

Dramaturgia: Juan Tupac Soler

Actúan: Alejandro Casagrande, Camila Conte Roberts, Federico Julián Martínez

Vestuario: Sofia Nemirovsky

Concepción espacial: Compañía Poético

Diseño De Sonido: Constantino Rizzi

Realización Audiovisual: Proyecto Excursus, Francisco Castro Pizzo, Félix Marano

Diseño De Iluminación: Diego Becker

Dirección: Juan Tupac Soler

SAVIA ESPACIO CULTURAL
Jufré 127
Capital Federal – Buenos Aires – Argentina
Web: http://www.saviacultural.com
Entrada: $ 12.000,00 – Sábado – 22:30 hs – Hasta el 26/07/2025
Entrada: $ 12.000,00 – Viernes – 20:30 hs – Hasta el 25/07/2025


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