Dentro de las atractivas piezas que el Complejo Teatral de Buenos Aires programó para este año (ya hemos escrito anteriormente sobre “MIEDO”, y “LAS AMARGAS LAGRIMAS DE PETRA VON KANT»), se encuentra esta distinta y ambiciosa pieza de Witold Gombrowicz, el novelista y dramaturgo polaco que vivió en nuestro país, y donde cual escribió “El casamiento» y novelas como “Trasatlántico” y “Pornografia y cosmos”, sólo por mencionar dos de ellas.

En esta oportunidad, la Sala Martín Coronado, del emblemático Teatro San Martín, fue la elegida para montar “El casamiento”, bajo dirección del regisseur y director teatral Michal Znanieki, quien sobre esta puesta afirma «haber aprovechado, según el autor, la no representatividad del texto, para crear un mundo propio, hecho de retazos y fragmentos, a fin de que el espectador se reconozca». Ahora pues, ¿se alcanza ese objetivo?.

«Soy tonto, pero ustedes con sabiduría me escuchan, entonces me vuelvo sabio» Enrique.

“El casamiento” comienza en el sueño de un soldado polaco del ejército francés durante la 2da Guerra Mundial, un momento particular desde el cual surge la necesidad de crear una nueva “realidad”. Y pongo entre comillas esta palabra porque es el enigma que el espectador puede jugar a descubrir: ¿Lo que estamos viendo es real o sólo un sueño? ¿hay un mundo, o dos de ellos dentro de los cuales se entra y se sale?. A fin de cuentas, ¿eso importa? ¿O lo que vale realmente es la representatividad plenamente teatral y poética que propone la puesta?

Tras la primer escena en un campo de batalla, Enrique (Luis Ziembrowski), vuelve a su casa junto con su compañero Pepe (Federico Liss), donde se reencuentra con sus padres, interpretados por Roberto Carnaghi y Emma Rivera, y también con su ex novia María (Laura Novoa). Dentro de ese primer encuentro con su familia, Enrique, quien además de ser el protagonista del relato es quien nos guía a través de él, decide proclamar rey a su padre y poner en marcha el casamiento con su novia. Al margen de los preparativos de la ceremonia, la llegada de un sacerdote borracho sin rumbo (Nacho Gadano), disparará varias situaciones que colocarán a Enrique en una posición abrumadora y desafiante. Esta visita y su accionar en la escena, el desenlace que acontece, y otros factores que no se develarán en este comentario, desatarán la traición por parte de Enrique, y aquí, el matiz político que atraviesa toda la pieza se expondrá con inteligencia y crudeza. El auto-proclamado rey impone su poder con represión, y en el medio de esta dictadura, secretos se develan y decisiones drásticas son tomadas. Y como en este juego él es quien da las órdenes, todo lo que él decide se cumple, sin otra explicación mas que respetar la voluntad suprema de su palabra.

«Debes matarte a ti mismo, porque así se me antoja». Enrique

Las interpretaciones del numeroso elenco están perfectamente construidas y delineadas, destacándose la excelente performance de Luis Ziembrowski, en uno de los papeles mas arriesgados y relevantes de su carrera, con un texto inmenso y una exigencia muy alta, de la cual el actor se hace cargo con profesionalismo y oficio. Junto a él también se lucen Roberto Carnaghi, Nacho Gadano, Federico Liss y Laura Novoa, en un papel pequeño pero fundamental, en el cual la actriz alcanza escenas comprometidas muy bien logradas.

Los elementos técnicos son de primer nivel, la escenografía (Luigi Scoglio), el vestuario (Luciana Gutman), y la iluminación (Bogumil Palewicz), son parte esencial de la historia, pues a partir de ellos se enriquece el viaje que propone la obra. Gran trabajo de todos los responsables de estos rubros: precisos y armónicos.

A lo largo de sus casi cien minutos de duración “El casamiento”, como se expuso, logra contar un relato con múltiples aristas. El texto de Gombrowicz sí alcanza una representación que se disfruta por su precisión, inteligencia y particularidad. El universo que se plasma dista mucho de las escenas convencionales que abundan en el circuito oficial, e incluso en el alternativo. En esta oportunidad no concurrimos a una comedia standard, ni a un drama lacrimógeno: Se plantea otro mundo, del cual ciertos espectadores pueden sentir distancia y rechazo, pero del cual sin dudas, otros quedarán encantados.

Calificación: Muy buena

 

Esta reseña fue publicada en Chapeau Argentina

 

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EL CASAMIENTO

Ficha técnico artística

Autoría:

Witold Gombrowicz

Adaptación:

Michal Znaniecki

Traducción:

Alejandro Rússovich

Actúan:

Klau Anghilante, Roberto Carnaghi, Gabo Correa, Luis De Almeida, Teresa Floriach, Nacho Gadano, Marco Gianoli, Federico Liss, Juan Cruz Marquez De La Serna, Laura Novoa, Emma Rivera, Tomás Rivera Villate, Cristian Vega, Luis Ziembrowski

Vestuario:

Luciana Gutman

Escenografía:

Luigi Scoglio

Iluminación:

Bogumil Palewicz

Diseño De Sistema Interactivo:

Sebastian Zavatarelli

Diseño De Sonido:

Javier Lopez Del Carril

Realización de video:

Pablo Varela

Música original:

Hadrian Tabęcki

Asistencia artística:

Nicolás Isasi

Asistencia de escenografía:

Javier Hoses, Nicolás Isasi

Asistencia de vestuario:

Lihuen Savegnago

Colaboración En Adaptación De Texto:

Ignacio Sánchez Mestre

Coordinación técnica:

Magui Berretta Miguez

Coreografía:

Damián Malvacio

Dirección:

Michal Znaniecki

Duración: 95 minutos

Funciones: miércoles a domingo – 20 hs.

Platea $220

Pullman $160

Día popular (miércoles y jueves) $110

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