Por Claudia Ferradas.
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Los personajes de Shakespeare suelen tener la capacidad de ponernos frente a un espejo, recordándonos que, como escribiera Jan Kott, Shakespeare es nuestro contemporáneo. Si su Rey Lear fue un héroe anómalo para la Inglaterra Isabelina, la ópera del siglo XIX lo revalorizó en todo su dramatismo y el siglo XX vio en él la representación de la futilidad de la condición humana. No sorprende, entonces, que la obra que lleva su nombre haya tenido numerosas puestas a lo largo de las últimas décadas y que haya sido adaptada al cine una y otra vez, como en el caso de Ran de Akira Kurosawa.
Esta nueva adaptación del Rey Lear, una transposición a una fiesta de cumpleaños en la Argentina actual con mucho de comedia, se propone mostrarnos aspectos de nosotros mismos y resulta provocadora y relevante. Seguramente ese es el secreto de su vigencia durante dos temporadas en los escenarios del off de Buenos Aires, en su gira internacional y ahora en la calle Corrientes.

La dramaturgia de Fernando Ferrer recorre un abanico de emociones cuidadosamente concatenadas que la música de Stine Helkjær Engen profundiza, y la obra nos interpela una y otra vez. La puesta se derrama fuera del escenario e involucra al público -a pesar de no convidarlo con comida como en el off. Aun en un gran teatro de diseño tradicional, los espectadores sienten la incomodidad de estar invitados a una fiesta donde todo se desborda y supera incluso las alucinaciones del viejo Lear.
Encarnar al viejo rey iracundo es un enorme desafío para un actor. Además, todos guardamos en algún rincón de la memoria las actuaciones emblemáticas de un Orson Welles, de nuestro Alcón o la reciente de Anthony Hopkins. Abian Vainstein está a la altura del desafío. Con fluidez y profesionalismo, Vainstein nos regala un Lear local, apasionado, reconocible y vulnerable, que conmueve profundamente en su doloroso
apego al pasado, atravesado por el desarraigo, y en la representación de los estragos de la demencia senil.

El viejo desencadena, como su antecedente shakespeareano, la revelación de las miserias que se esconden en el entramado de los lazos de familia, en un fatal efecto dominó en el que el absurdo deviene en tragedia. En medio del dinamismo sin pausa de la trama, el resto del elenco, que se desplaza por un espacio escénico muy amplio, por momentos no resulta tan convincente. Por su parte, Bufo, el equivalente al bufón de la corte encarnado por Moyra Agrelo, demuestra la vigencia del personaje isabelino en nuestro medio.
En síntesis, una muy valiosa experiencia teatral, con una actuación protagónica excepcional, que reverbera en nosotros mucho después de dejar la sala. Y de eso se trata el teatro.
Calificación: Muy buena.

Ficha técnica
Actuaciones: Moyra Agrelo, Agustina Benedettelli, Julieta Cayetina, Helkjær Engen, Demián Gallitelli, Ezequiel Gelbaum, Clarisa Hernandez, Gonzalo Ruiz, Julian Smud, Ezequiel Tronconi, Abian Vainstein
Producción ejecutiva: Laura Quevedo
Fx: Guillermo Toledo
Diseño Gráfico: Juan Francisco Reato
Foto: Andrés Garcia Dietze.
Música Original e Interpretación: Stine Helkjær Engen
Vestuario: Peta Moreno Marina Claypole
Espacio y Arte: Romina Giorno
Asistente de Dirección: Marisol Scagni
Dramaturgia y Dirección: Fernando Ferrer
Datos de interés
TEATRO METROPOLITAN SURA
Av. Corrientes 1343
Capital Federal – Buenos Aires – Argentina
Teléfonos: 52363000
Web: http://www.metropolitansura.com.ar/
Entrada: $ 600,00 – Martes – 20:30 hs – Desde el 19/02/2019
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