Por Claudia Ferradas (Tw @claudiaferradas – Ig @clauferradas)
Ricardo III, el tirano arquetípico que Shakespeare construye magistralmente desde lo monstruoso. Muchas veces se lo ha asociado con tiranos diversos de distintos momentos de la historia (basta recordar el dictador fascista que encarnó Ian McKellen en la transposición de la obra a la década de 1930 en su adaptación cinematográfica). Marcelo Savignone y Patricio Orozco aprovechan el potencial de la confusión que causa el gran número de personajes, se refieren a Hastings -el Lord Chambelán- como “el Ministro”, velan las referencias a los York y los Lancaster que se despedazan mutuamente en la Guerra de las Rosas, y construyen así un Ricardo casi ahistórico, un monstruo conocido por el espectador, que trasciende el contexto de producción de la obra original y de su fuente histórica.
La puesta nos recuerda que convivimos con lo que Ricardo III encarna: el poder que es capaz de decir lo que queremos oír y puede, con su manejo del discurso, manipular opiniones y voluntades hasta lo inverosímil. En unas pocas líneas, Shakespeare logra que Ricardo, asesino del padre y el esposo de Lady Ana, la convenza de que es su protector y debe casarse con él. Presa de sus circunstancias, Ana pasará de la repulsión por el monstruo al rechazo de sí misma. Vemos cómo se construyen y desmoronan lealtades y alianzas en un mundo donde el único valor es el sálvese quien pueda, donde reina la ambición desmedida. Ante tanto deprecio por el otro, el espectador reconoce la propia indiferencia derivada de lo que a menudo sucede en la vida real: el adormecimiento ante el horror que es consecuencia de su naturalización desde el poder.
Marcelo Savignone, en una actuación magistral, nos interpela de principio a fin. El uso de una mesa de enorme versatilidad como dispositivo escénico y el manejo de la luz contribuyen a involucrarnos en un recorrido simbólico, atemporal, reforzado por el entorno de la Sala Capilla del Centro Cultural Recoleta. El uso creativo de vestuario y máscaras, la música, el movimiento por momentos coreográfico, sintetizan y ficcionalizan la trama, elevan lo monstruoso al espacio poético del acto teatral y compensan la dicción no siempre clara y audible de algunos personajes. Por su parte, los roles protagónicos femeninos son memorables en su dignidad y estatura dramática. Y si todos esperamos que Ricardo termine ofreciendo su reino por un caballo, bueno, a riesgo de que sea un spoiler, hasta el final nos sorprende.
Cruel es una cita imperdible con Shakespeare; hasta el sábado 4 de mayo en el Centro Cultural Recoleta
Calificación: Muy buena
Ficha artístico-técnica
Adaptación: Patricio Orozco, Marcelo Savignone
Actúan: Sergio Beron, Mercedes Carbonella, Luciano Cohen, Agostina Degasperi, Andrea Guerrieri, Víctor Malagrino, Marta Rial, Pedro Risi, Belén Santos, Marcelo Savignone
Vestuario: Mercedes Colombo
Escenografía: Gonzalo Cordoba Estevez
Fotografía: Cristian Holzmann
Iluminación: Ignacio Riveros
Máscaras: Alfredo Iriarte
Música original: Sergio Bulgakov
Asistencia de dirección: Maria Florencia Alvarez, Chusa Blázquez, Cristian Rodrigo Cabrera, Sebastian Cattan, Antonela Scattolini
Dirección:Marcelo Savignone
Datos de interés
Cruel, desde el sábado 16 de marzo – 21.30 hCentro Cultural Recoleta – Junín 1930 – CABALocalidades: $180 – Duración: 75 minutosHasta el sábado 4 de mayo
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