Por Claudia Ferradas.
Esta es la tercera vez que reseñamos Ojalá las paredes gritaran de Paola Lusardi, una reescritura de Hamlet de William Shakespeare. Lo hizo Cecilia Della Croce cuando se representaba en una casona de Colegiales, en sus dos versiones -una diurna y una nocturna- en su primera temporada y en su reposición después de haber pasado por el FIBA 2019 respectivamente. Hoy volvemos a hacerlo porque la obra ha pasado del off a la calle Corrientes, un desafío que no solo implica dirigirse a un público más amplio sino también replantear el espacio escénico, transfiriéndolo del living, el patio e incluso la vereda de la casona al escenario del Metropolitan Sura.
El dispositivo escénico no decepciona. Las paredes, efectivamente, gritan: están montadas en una estructura que parece endeble y son traslúcidas, permitiéndonos ver a los actores encaramados en ellas. El living de la casa, sí, está en el escenario -pero también está el público. En una reversión del espacio teatral, la acción transcurre entre la audiencia sentada sobre tarimas al fondo del escenario y las butacas vacías; los actores a veces entran desde la puerta misma de la sala. ¿Quién mira a quién? ¿Quién es espectador, quién protagonista?
Al igual que su homónimo shakespeareano, Hamlet está atravesando el duelo por la muerte de su padre y enfrentando el reciente matrimonio de su madre con su tío. Pero estamos ante un Hamlet millennial no muy dispuesto a tomar el puesto que le ofrecen en la empresa familiar, un joven que pasa el tiempo con su amigo Horacio, jugando con una consola que produce toda suerte de efectos de audio. En esta nueva versión se enfatiza aún más la transposición de la trama a nuestros días: Hamlet enuncia una síntesis de la trama rapeando. La música electrónica, el trap, los efectos de sonido que por momentos aturden, la lectura edípíca de la relación madre-hijo, la concepción de los personajes… todo nos interpela y nos invita a reconocernos, hoy.

Una vez más, la obra toma forma en actuaciones memorables, con una explicitación del cuerpo provocadora, un uso de los objetos y del agua que constituye una metonimia de lo que el texto de Shakespeare dice y oculta, a tal punto que no necesitamos del “ser o no ser” ni de un espectro para plantearnos nuestras propias preguntas y enfrentarnos a nuestros fantasmas. Las palabras de Lady Macbeth puestas en boca de Gertrudis, madre de Hamlet, que quizás pasaron desapercibidas para muchos en la versión anterior, se vuelven centrales en esta nueva propuesta, y conducen a un final casi delirante que va creciendo con la obra de una función a otra,
Si bien quienes pudimos disfrutar de la versión en la casona quizás sintamos cierta nostalgia por ese espacio intimista, este “ensayo sobre Hamlet” es una reflexión provocadora que sin duda ha de resultar sumamente atractiva para un público tan millennial como el protagonista.
Paola Lusardi nos pregunta: “¿Es necesariamente el efecto de lo no lícito el causante de la locura en la cabeza de un joven hoy día?” La obra constituye así una filosa reflexión sobre nuestro tiempo a la vez que un homenaje a Shakespeare, una oportunidad de admirar el talento y la creatividad del teatro porteño y su pujante dramaturgia.
Opinión: Muy buena
FICHA TÉCNICA
Elenco
Hamlet: Julián Ponce Campos
Gertrudis: Antonella Querzoli
Claudio: Martín Gallo
Polonio: Augusto Ghirardelli
Ofelia: Mariana Mayoraz
Horacio: Santiago Cortina
Dramaturgia y Dirección: Paola Lusardi
Colaboración en Dramaturgia: Leila Martínez
Asistencia de Dirección: Francisco Barceló
Asesoramiento en Dramaturgia: Andrés Granier
Diseño de Movimientos: Marina Cachan
Diseño de Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez
Diseño de Luces: David Seldes
Datos de interés
Funciones: martes a las 20:30 hrs.
TEATRO METROPOLITAN SURA
Avenida Corrientes 1343 – CABA
entradas por Alternativa Teatral
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