Por Fabio Albornoz y Manuel Germano.
Misántropo (To Catch a Killer), Estados Unidos-Canadá-Argentina/2023). Dirección: Damián Szifron. Elenco: Shailene Woodley, Ben Mendelsohn, Ralph Ineson y Jovan Adepo. Guion: Damián Szifron y Jonathan Wakeham. Música: Carter Burwell. Fotografía: Javier Julia. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 119 minutos. Apta para mayores de 16 años.
Escribe Fabio Albornoz.
“MISÁNTROPO”- Del griego, mīsos ‘odio’ y ānthropos ‘hombre’. Que siente rechazo o desconfianza por la especie humana. La aversión puede ser leve, manifestándose en actos de crítica social y aislamiento, o severa, con tendencia a la autodestrucción y a la destrucción de los demás.
La definición no puede ser más esclarecedora a la hora de representar la totalidad del nuevo film (primero en Hollywood) del nominado al Óscar, Damián Szifrón.
Tras un lapso de 9 años, que incluyó una experiencia frustrada llevando adelante la producción del remake de EL HOMBRE NUCLEAR. Szifrón pudo darse el gusto de rodar con la libertad creativa deseada, el thriller MISÁNTROPO (To Catch a Killer).
Las críticas en Estados Unidos han sido demoledoras. Un contraste entre brusco y curioso con lo que sucedió en otras partes del mundo (como Argentina y Francia), donde la película fue elogiada y muy bien recibida.
¿A qué se debe el ensañamiento cruento contra un thriller excepcionalmente narrado y sólido?
Szifron se propone abordar casi patológicamente la cuestión de la “misantropía” en Estados Unidos. Y como todo acto reflexivo y maduro, descubrir la raíz del problema puede ser lastimoso para un país que vive bajo los cómodos paradigmas del blanco/negro, lo correcto/incorrecto y las soluciones superficiales de conquistas sociales, racismo e inmigración.
Desde “Los simuladores”, pasando por “Tiempo de valientes” y hasta llegar a “Relatos salvajes”, Szifron siempre se interesó en la cuestión sociopolítica, pero planteada desde el marco de los géneros: la comedia, el thriller o el drama.
Lo que hace en MISÁNTROPO no es muy distinto al resto de su carrera (ni siquiera está exenta de pequeñas pinceladas de humor). Szifron interpela, repregunta, llena su historia de grises y conflictúa moralmente a sus personajes (y de paso a nosotros).
Tal vez la crítica estadounidense quería respuestas claras. Tal vez le queda mucho más cómodo un film como EL TRIÁNGULO DE LA TRISTEZA, con polaridades claras y una “rebeldía” social que no deja de ser otro acto de cobardía de su autor.
Es posible que el público estadounidense aun quiera seguir sintiéndose cómodo en esa estructura añeja, donde la justicia social es acartonada y panfletaria. Los malos y buenos deben quedar claros, casi como un tranquilizador social.
Cierto es que MISÁNTROPO se mete en un terreno áspero e incómodo. La primera (y extraordinaria) secuencia inicial, es una prueba total de carácter y autoridad por parte de un autor con las cosas claras.
En medio de los festejos por año nuevo, y con los fuegos artificiales haciendo brillar el cielo, un francotirador dispara a varios puntos de la ciudad dejando un saldo de 29 víctimas.
No sabemos de dónde viene el mal. Puede ser cualquiera.
Partiendo de allí, es donde se desata una ardua y densa investigación con los habituales falsos sospechosos, y con una protagonista traumatizada por un pasado que la persigue haciendo tambalear su propia estabilidad.
Szifron hace pie en el pantanoso terreno del terrorismo, pero sin banalizarlo. La salida fácil ante esta disyuntiva hubiese sido que se tratase de un hombre bárbaro, casi salvaje, poco desarrollado y tal vez extranjero, al que las competentes fuerzas policiales norteamericanas combaten para salvar a la nación del caos.
No sucede ni una cosa ni la otra.
El estado y el FBI quieren cerrar el caso a como dé lugar (para traer calma en la sociedad), y frente a esta acción, nuestros dos protagonistas batallan para resistir, lidiando a su vez con sus propias vidas. He aquí que aparecen cuestiones como la salud mental, la sexualidad, la depresión, y una serie de variantes que denotan una complejidad humana absoluta.
Los hechos de terrorismo son parte del entramado social en el que vivimos. No son actos excepcionales o irracionales, si no que forman parte de un encadenamiento y una complexión que va de lo general a lo particular.
A propósito de ello, Slavoj Žižek mencionaba que la única manera de volver “tranquilizador” al terrorismo es cuando es representativo de un grupo (por ejemplo, el ISLAM). El MAL debe ser identificado, debe tener una forma, pero qué sucede cuando se trata de un simple tirador.
No sabemos quién es, no sabemos dónde se esconde. Puede ser cualquiera. Un vecino, un amigo. Una persona que batalla contra el mundo creyendo estar impulsando una suerte de purificación.
Szifron no da respuestas fáciles, y cuando una obra genera eso, estamos ante un buen síntoma. Más allá de cualquier discusión ética, MISÁNTROPO es un thriller notable y sólido, con al menos 2 secuencias que ya se ubican entre lo mejor del 2023.
No descubre nada nuevo (tampoco tiene porque), pero es de esas producciones que hoy lucen de otra época. De un Hollywood que ya no está. De un Hollywood que era capaz de realizar thrillers adultos, sobrios y violentos que cuestionaban lo dado con una rebeldía sincera, inteligente, profunda y precisa.
Hay que verla en pantalla grande.
Opinión: Muy buena.

Escribe Manuel Germano.
De acuerdo a la Real Academia Española “Misántropo” significa “aversión al trato con otras personas”, lo que trae una idea mucho más interesante a la última película de Damián Szifrón que su título en inglés “To catch a killer”, tal como se llamó en los países de habla inglesa. Luego de varios años sin estrenar ninguna película, el creador de “Relatos salvajes” (2014), propone un thriller bien narrado y con actuaciones notables.
En “Misántropo” una dupla de detectives compuesta por Ben Mendelsohn (“Bloodline”) y Shailene Woodley (“Big little lies”) debe descubrir quién está detrás de una serie de asesinatos. El autor de los crímenes no deja pistas ni sigue ningún patrón. Ambos investigadores hilan cabos sobre los diferentes episodios, a medida que revelan facetas de su propia personalidad: miedos, inquietudes y obsesiones.
A través del guión, escrito por Szifron junto a Jonathan Wakeham, se construye una trama que logra sostener el suspenso hasta el final y que no defrauda a los seguidores del género, los personajes oscuros y contrariados que deben lidiar contra sus propias miserias están muy bien delineados y ejecutados por el elenco, que logra escenas de gran intensidad dramática. .
Si bien el género tiene exponentes que colocan la vara muy alta (“El silencio de los inocentes”, de Jonathan Demme, por ejemplo), “Misántropo” se puede considerar una propuesta lograda, aunque demasiado prolija en cuanto a su estructura narrativa.
El último filme de Szifrón es un thriller que no defrauda , pero que tampoco arriesga. Cumple las expectativas del espectador promedio de este tipo de películas.
Calificación: Buena.
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