Por Cecilia Della Croce
Todo tendría sentido si no existiera la muerte, escrita y dirigida por Mariano Tenconi Blanco, es una comedia dramática estrenada en 2017, que en esta temporada 2019 se muda del off y llega a la marquesina del teatro Met Surá en la calle Corrientes.
El joven dramaturgo, autor de la maravillosa La vida extraordinaria, parece tener justificadas pretensiones de ser el heredero de Manuel Puig por la amorosa y a la vez agridulce mirada costumbrista que posa sobre sus personajes y por la fina sensibilidad con la que construye los diálogos que logran llevar al espectador de la identificación y la empatía a la dimensión de la metáfora con facetas metafísicas, como lo preanuncia el largo título de la obra.
La pieza está ambientada en una pequeña ciudad bonaerense en la década de los 80, época de australes y videoclubs. Espiamos el living de la casa de María, una maestra con una vida donde casi no pasa nada que altere la rutina cotidiana, que al enterarse que tiene una enfermedad terminal decide cumplir el sueño de hacer una película porno. Sí, esta mujer bastante convencional que dice que tiene un imán para la desgracia y que nunca tuvo un orgasmo se propone, casi sin darse cuenta, esta meta que es su forma de reivindicar el deseo como fuerza vital en la lucha de lo erótico contra lo tanático en términos psicológicos y que además constituye un homenaje al poder catártico y redentor del arte, y en particular del cine.
La escenografía de esa casa con piso de damero, muebles de fórmica y tacitas de vidrio de color, y el clima de época creado a través de la musicalización, desde Pat Benatar hasta Blondie, son el marco justo para las muy buenas actuaciones del elenco, en particular del trío de mujeres protagonistas: Lorena Vega (María), una actriz impresionante que domina un amplio arco dramático, desde lo hilarante a lo conmovedor, Andrea Nussembaum (como su hermana, Nora) y Maruja Bustamante (la amiga rockera, dueña del videoclub).
Todo tendría sentido si no existiera la muerte pasa por la comedia estilo Gasalla, el culebrón y el drama a lo Almodovar en sus tres horas de duración (parece larga pero no lo es, acaso como analogía de la vida misma), y vale como uno de esos espectáculos en los que te reís a carcajadas, te emocionás y cuando te vas del teatro te deja pensando sobre el sentido de todo porque “la vida es una mierda, pero la muerte es peor”.
Opinión: Muy buena
Ficha técnico artística
Dramaturgia: Mariano Tenconi Blanco
Elenco: Lorena Vega, Maruja Bustamante, Andrea Nussembaum, Agustín Rittano, Juana Rozas, Bruno Giganti
Vestuario: Cecilia Bello Godoy, Johanna Bresque
Escenografía: Oria Puppo
Iluminación: Matías Sendón
Musicalización: Mariano Tenconi Blanco
Música original: Ian Shifres
Fotografía: Ariel Feldman, Sebastián Freire, Xavier Martín
Diseño gráfico: Gabriel Jofré
Meritorio de dirección: Ana Schimelman
Asistencia De Producción Ejecutiva: Euge Tobal
Asistencia de dirección: Maxi Muti
Prensa: Carolina Castro, Luciana Zylberberg
Producción general: Carolina Castro
Coreografía: Jazmin Titunik
Dirección: Mariano Tenconi Blanco
En 2015 esta obra obtuvo el primer puesto en la novena edición del Premio “Germán Rozenmacher” de Nueva Dramaturgia, organizado por el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) y el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas.
Este espectáculo formó parte del evento: 33ª Fiesta Nacional Del Teatro – Rosario 2018.
Datos de interés
TEATRO METROPOLITAN SURA
Av. Corrientes 1343 – Buenos Aires – Argentina
Web: http://www.metropolitansura.com.ar/
Funciones: Martes – 20:00hs
Duración: 180 minutos
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