Por Manuel Germano y Cecilia Della Croce
En Cabo Verde, la dramaturgia de Gonzalo Demaría plasma en escena una temática que el autor ya transitara en la desopilante Tarascones: el revés de la trama del tejido social, la manipulación de los vínculos entre clases sociales estereotipadas desde el prejuicio, y la búsqueda de argumentos (en este caso aberrantes) para legitimar las relaciones de supremacía/opresión.
En esta pieza, en lugar de la comedia absurda, la lupa desde la que se plantea el conflicto es una mirada cientificista, ya que la acción nos lleva a la Buenos Aires de comienzos de la década de 1930, en pleno auge de las teorías de Cesare Lombroso, basadas en una interpretación racista de «La evolución de las especies«, de Charles Darwin, que pretendían hacer una clasificación de los delincuentes (pertenecientes a las “clases bajas”) según su visión antropológica, o la búsqueda de la perfección de la raza aria vinculada a los nazis y los criminales experimentos de Josef Mengele. Desde ese encuadre temático, el texto de Demaría construye «Cabo verde», recientemente estrenada bajo la precisa dirección de Ezequiel Sagasti y con las muy buenas actuaciones de un elenco sólido y muy parejo compuesto por Edgardo Moreira, Matías Recalt, Flor Cappiello y Silvina Katz.

Desde ese nudo central, «Cabo verde» relata las historias de cuatro personajes sin nombre pero dotados de una gran carga dramática, muy bien aprovechada por los cuatro intérpretes, que logran, además, mostrar ciertas facetas de vulnerabilidad: el doctor, un científico obsesionado con la manipulación genética y social que juega a ser Dios, al tiempo que urde su mezquina venganza personal; su asistente, la Rusita, estudiante de medicina dividida entre seguir los pasos de su mentor, a pesar de la atrocidad que suponen, o dejar fluir algún rasgo de humanidad; la achuradora, hija de un anarquista, sumida en condiciones de vida muy precarias, en una época muy difícil para las mujeres, en particular las de clase obrera, y su hijo, “el 17”, un canillita acostumbrado al rigor de la calle, que es ahijado del presidente por ser el séptimo hijo varón.
Cada uno de los personajes aporta ramificaciones dentro de una trama descarnada, plena de dilemas éticos y morales y no exenta de cierta dosis de intriga, donde Cabo Verde representa un horizonte lejano y primitivo que aparece como el origen del “hombre mono”, inferior y esclavizado, o como un paraíso utópico de libertad, donde dejar atrás la violencia y el sufrimiento.
Oscura y compleja, Cabo verde es sin duda una propuesta de teatro alternativo que se destaca por la profundidad de su mensaje, y el desarrollo de múltiples conflictos que interrelacionan a sus personajes dando lugar a una obra que atrapa al espectador desde su comienzo y que dispara varios ejes para reflexionar y generar el debate post función.
Opinión: Muy buena.

Ficha técnico – artística
Autoría: Gonzalo Demaria
Actúan: Edgardo Moreira, Matías Recalt, Flor Cappiello y Silvina Katz.
Vestuario: Calandra-Hock
Peinados: María Belén Trotta
Maquillaje: Bianca Margulies
Diseño de escenografía: Tadeo Jones
Diseño de luces: Leonardo Kreimer
Realización de escenografía: Giuliano Benedetti
Música: Simón Bosio
Asistencia de dirección: Marpi De Godoy, Agustín Magarola
Prensa: Marcos Mutuverría
Producción ejecutiva: Maria Velez
Dirección: Ezequiel Sagasti
Datos de interés.
NÜN TEATRO BAR
Juan Ramirez de Velasco 419 – Buenos Aires – Argentina
Web: http://www.nunteatrobar.com.ar
Funciones: Viernes – 20:30hs
Duración: 70 minutos
Hasta el 04/10/2019 y del 18/10/2019 al 25/10/2019
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